Felipe


Felipe (griego filippos, ‘aficionado a caballos’). Los escritores del NT conocen cuatro personajes con este nombre. 

1. Un hijo de Herodes el Grande y Mariamne, hija de Simón el sumo sacerdote. Por un tiempo figuraba como heredero a la sucesión después de Antípater, pero este arreglo fue revocado por testamentos posteriores, y vivió como ciudadano común. Se afirma que su nombre era Herodes, no Felipe. Se lo llama Herodes, pero eran tantos los miembros de la familia herodiana que llevaban este nombre que se hacía casi obligatorio tener un nombre adicional.) Su mujer Herodias, madre de Salomé, lo abandonó con el fin de juntarse con Herodes Antipas, su medio hermano (Mt. 14.3; Mr. 6.17; Lc. 3.19). 

2. Un hijo de Herodes el Grande y su quinta esposa, Cleopatra de Jerusalén; se dice que se crió en Roma. Cuando Augusto arregló el testamento de Herodes a Felipe se le concedió la tetrarquía de Gaulanítida, Traconite (Traconítida), Auranítida, Batanea, e Iturea (Lc. 3.1). Gobernó durante 37 años hasta su muerte en el invierno del 33/34 d.C., y se diferenció de sus parientes por la moderación y la justicia que imperaron en su gobierno. Cuando murió, el territorio fue incorporado a la provincia de Siria hasta el 37 d.C., cuando el emperador Cayo Calígula se lo otorgó a Agripa (el Herodes de Hch. 12.1, 19–23), hijo de Aristóbulo y nieto de Herodes y Mariamne. Felipe reedificó a Panias (la actual Banias) con el nombre de Cesarea de Filipo (Mt. 16.13; Mr. 8.27) y Betsaida Julias, ambos nombres que reflejan sus simpatías prorromanas. Fue el primer príncipe judio que imprimió la cabeza de los emperadores romanos en sus monedas. Se casó con Salomé, hija de Herodías, pero no tuvo hijos. 

3. Felipe el apóstol fue llamado a seguir a Jesús al día siguiente de aquel en el cual fueron llamados Andrés y Simón, y sirvió de instrumento para que Natanael acudiera a él (Jn. 1.43–46). Su hogar estaba en Betsaida (Jn. 1.44): esta era la Betsaida de Galilea (Jn. 12.21), la ciudad natal de Andrés y Simón, y se piensa que era una aldea de pescadores en la ribera occidental del lago. En las listas de los apóstoles en Mt. 10.3; Mr. 3.14; Lc. 6.14 aparece en quinto lugar, con Bartolomé en el sexto; Hch. 1.13 lo coloca en el quinto lugar, pero ubica a Tomás en el sexto. Las únicas referencias adicionales a él en el NT cuentan que no pudo sugerir a Jesús cómo proporcionar alimento para los cinco mil (Jn. 6.5), que acercó a los griegos a Jesús (Jn. 12.21s), y que pidió a Jesús que pudiera ver al Padre (Jn. 14.8). Se le refiere a él como uno de los integrantes del presbyteroi. 

4. Felipe fue uno de los "siete" que fueron elegidos para ocupar cargos (los primeros "diáconos") en la iglesia de Jerusalén (Hch. 6.5). Cuando la persecución de la iglesia que siguió al martirio de Esteban, llevó el evangelio a Samaria, donde su ministerio fue muy bendecido (Hch. 8.5–13), y posteriormente fue enviado hacia el Sur, a la carretera que unía Jerusalén con Gaza, para conducir a Cristo al eunuco etíope (Hch. 8.26–38). Después de este incidente el Espíritu lo trasladó a Azoto, la Asdod filistea, y desde allí llevó a cabo un ministerio itinerante hasta llegar al puerto de Cesarea (Hch. 8.39–40), donde parece haberse establecido (Hch. 21.8). Era conocido como "el evangelista", presumiblemente para distinguirlo del apóstol (3), y tuvo cuatro hijas que eran profetisas (Hch. 21.9). Lucas se esfuerza aquí por distinguir al evangelista del apóstol. Dos veces se dice que Polícrates se refiere a Felipe, "uno de los doce apóstoles", y sus dos ancianas hijas vírgenes, diciendo que fueron sepultados en Hierápolis, mientras que otra hija fue enterrada en Éfeso. Tal vez esta última sea la que se menciona en 3.30 (citando a Clemente de Alejandría, que quizá usa el plural aquí en forma imprecisa) como que había sido dada en matrimonio. También se dice que Papías (HE 3.39) afirmó que "el apóstol Felipe" y sus hijas vivieron en Hierápolis, y que ellas le suministraron información. Unas citas dicen de que la tumba de Felipe y sus cuatro hijas profetisas puede verse en Hierápolis, seguida de una referencia a Hch. 21.8–9, demuestra que el historiador había confundido al apóstol y al evangelista. Es perfectamente natural suponer que tanto el apóstol como el evangelista tuviesen hijas, lo cual podría conducir a la confusión. Probablemente se tiene razón cuando se sostiene que fue el apóstol el que murió en Hierápolis. 

Los papiros encontrados en Nag Hammadi (Quenoboskión) han revelado un Evangelio según Felipe apócrifo.



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