Jezabel


1. Hija de Et-baal, rey-sacerdote de Tiro y Sidón. Se casó con Acab para ratificar la alianza entre Tiro e Israel, mediante la cual Omri, padre de Acab, trató de equilibrar la hostilidad de Damasco hacia Israel (880 a.C.). Se arregló que ella continuaría adorando a su Dios nativo Baal en Samaria, su nuevo hogar (1 R. 16.31–33).

Era de carácter fuerte y dominante, poseía una gran terquedad, y una personalidad vigorosa. Devota fanática de Melcart, el Baal de Tiro, entre su séquito se encontraban 450 profetas de dicho dios, y 400 profetas de la diosa Asera, en la época en que Acab fue rey (1 R. 18.19). Clamó para que su Dios estuviera, por lo menos, en igualdad de condiciones con Yahvéh, el Dios de Israel. Esto trajo conflictos entre ella y el profeta Elías. Se produjo una batalla entre Yahvéh y Baal en el monte Carmelo, en la que Yahvéh triunfó gloriosamente (1 R. 18.17–40). Aun así, esto y la matanza de sus profetas, aumentaron su celo en lugar de disminuirlo.


Su concepción de una monarquía absoluta estaba en desacuerdo con la relación hebrea establecida en el pacto entre Yahvéh, el rey, y el pueblo. Tuvo un papel preponderante en el incidente de la viña de Nabot con una acción inescrupulosa y arbitraria, que afectó a toda la comunidad y minó el trono de Acab. A causa de ello se produjo la revolución profética y la exterminación de la casa de Acab. Ella había escrito cartas utilizando el sello de su esposo (1 R. 21.8).


Después de la muerte de Acab, el poder de Jezabel continuó en Israel durante 10 años en su papel de reina madre, a través del reinado de Ocozías, y después durante la vida de Joram. Cuando este fue muerto por Jehú, la reina se vistió regiamente (2 R. 9.30), y lo esperó. Se burló de Jehú y marchó hacia su destino con coraje y dignidad (842 a.C.).


Es notable que Yahvéh haya sido honrado en el nombre que le puso a sus tres hijos, Ocozías, Joram y Atalía (si consideramos que realmente fue la madre de Atalía), pero es posible que hayan nacido antes de que su dominio sobre Acab se hiciera tan absoluto.


2. En la carta a la iglesia de Tiatira (Ap. 2.20) "esa mujer Jezabel" es la designación que se da a una profetisa seductora que estimulaba la inmortalidad y la idolatría so capa de religión (Nicolás). Esto puede referirse a una persona o a un grupo dentro de la iglesia. Indica que el nombre se había convertido en sinónimo de apostasía.



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