José


José esposo de María

Marcos no lo menciona, y las referencias en Jn. 1.45 y 6.42 son indirectas. Según Mateo, era descendiente de David (Mt. 1.20). Parecería que la genealogía en Lc. 3 no es la de José sino la de María. Lucas ya había demostrado que Jesús no era hijo de José, mientras que Mateo lleva el parentesco legal hasta David y Abraham.


Tanto Mateo como Lucas registran que Jesús fue concebido por el Espíritu Santo cuando José estaba comprometido con María, pero antes de haber tenido relaciones con ella (Mt. 1.18; Lc. 1.27, 35). Lucas aclara la forma en que el ángel hizo la revelación a María; Mateo se ocupa de la revelación a José. Parecería que Mateo obtuvo esta información de José (posiblemente por intermedio de Jacobo, el hermano del Señor), y que Lucas la recibió de María.
José hizo las veces de padre de Jesús, y lo llevó a Jerusalén para la purificación (Lc. 2.22), y huyó con él a Egipto para escapar a los designios de Herodes. Volvió a Nazaret y se estableció allí (Mt. 2). Cada año llevaba al joven Jesús a Jerusalén para la pascua (Lc. 2.41). Quizás sus palabras en Lc. 2.49 indiquen que Jesús sabía, a la edad de 12 años, que no era hijo de José.


Es casi seguro que José ya había muerto cuando comenzó el ministerio de Jesús. No tenemos mención directa de él, y sería difícil explicar de otro modo las palabras de Jesús desde la cruz (Jn. 19.26–27), y las referencias a María y sus hermanos cuando buscaban al Señor (Mt. 12.46; Mr. 3.31; Lc. 8.19). Es natural que supongamos que los hermanos de Jesús fueron los hijos posteriores de José y María.


José de Arimatea


Un judío de *Arimatea, "varón bueno y justo … que también esperaba el reino de Dios" (Lc. 23.50–51), "que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo a los judíos" (Jn. 19.38), y miembro del sanedrín, que no había votado a favor de la muerte de Jesús. Era rico, y después de haber pedido a Pilato que se le permitiera retirar el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, y lo puso en un sepulcro nuevo de su propiedad, que había hecho labrar en una peña (Mt. 27.57–60). (En esto Mateo quizás ve el cumplimiento de Is. 53.9.) En una leyenda, que aparece por primera vez en Guillermo de Malmesbury, José es enviado por Felipe de las Galias a la Gran Bretaña en 63 d.C., donde fundó el primer asentamiento cristiano en dicho país, lugar que después llegó a ser la ciudad de Glastonbury. No hay referencias a este relato en Gildas ni en Beda. J. A. Robinson, en su Two Glastonbury Legends, 1926, dice que estos pasajes son interpolaciones. Una leyenda aun posterior, compuesta por Walter Map en 1200, dice que José llevo el santo grial a Inglaterra.


José hijo de Jacob I. El nombre


José es forma imperativa del verbo yaµsaf, ‘añadir’; el nombre yoµseµf significa ‘que él (Dios) añada (hijos)’; Gn. 30.24. Un nombre palestino de lugar que aparece en listas topográficas egipcias de los siglos XV y XIV a.C. ha sido comparado con el hebreo. Pero los sonidos de "s" son diferentes, y es casi seguro que estos dos nombres no estén relacionados entre sí. Para el egipcio compárense nombres bíblicos de lugares tales como Jefte-el (Jos. 19.14, 27).


II. Historia


a. Fondo histórico José fue el undécimo hijo de Jacob, su primero de Raquel (Gn. 30.24; 35.24), y su favorito (Gn. 37.3; 33.2, 7). La historia de José es una de las más gráficas y atractivas del AT: hijo mimado vendido como esclavo a Egipto por hermanos celosos, que triunfa en la adversidad y partiendo de un encarcelamiento injusto llega a ocupar el lugar más encumbrado en el país. Su sabia planificación evitó el azote del hambre y salvó así a Egipto, a Canaán, y a su propia familia de la inanición. Luego se produce la reconciliación con sus hermanos, y la familia se establece en las praderas de Gosen en el delta nororiental. Después de sepultar a Jacob en Canaán, José ordena que también se lleven allí sus propios restos cuando finalmente los descendientes de Israel salgan de Egipto para ir a la tierra prometida. No podemos mejorar la historia en la forma que está relatada en Genésis; los siguientes párrafos, por lo tanto, se limitarán a ofrecer algunos materiales, tanto egipcios como de otras fuentes, y a tratar algunas cuestiones textuales.


b. Fecha La fecha más probable para la historia de José es el período de los faraones hicsos, ca. 1720–1550 a.C. Estos eran gobernantes semíticos que se habían infiltrado desde Canaán, pero que observaban escrupulosamente las convenciones egipcias. Al principio se hicieron cargo de la administración burocrática egipcia existente, pero posteriormente nombraron semitas naturalizados en cargos oficiales elevados.


c. La "túnica de diversos colores" La parcialidad de Jacob por José quedó simbolizada mediante la "túnica de diversos colores" o "talar", "con mangas". Desde el punto de vista arqueológico cualquiera de las tradiciones del hebreo kƒt_oµnet_ passéÆm es posible. Estos mismos ropajes, especialmente los ejemplos citados en último término, también son largos y con mangas a menudo. Como apoyo del significado "multicolor", passéÆm ha sido comparado con el as. paspasu, ‘pájaro de colores vivos’, y el árameo fasafisa, ‘mosaico’. La traducción "manto talar con mangas" se obtiene tomando pas como la palma de la mano o la planta del pie, de lo que surge kƒt_oµnet_ passéÆm como "túnica de (= que llega a) las palmas y las plantas".


d. José es vendido a Egipto El texto narra que, cuando José fue enviado a visitar a sus hermanos que estaban pastando sus rebaños, estos al principio planearon matarlo, pero en cambio lo pusieron en una cisterna por sugerencia del más escrupuloso de los hermanos, Rubén, que secretamente pensaba rescatarlo. Cuando los hermanos se sentaron a compartir una comida, apareció a la distancia una caravana de mercaderes ismaelitas de Galaad, de modo que rápidamente decidieron librarse de José vendiéndolo a los viajeros. Cuando la caravana se acercó, "ellos"—los hermanos de José—se lo vendieron a los primeros viajeros que se les acercaron, que eran "madianitas mercaderes" (Gn. 37.28). Cuando la caravana hubo pasado, Rubén volvió a la cisterna y sintió consternación al descubrir que su hermano no estaba allí. Esto sugiere claramente que Rubén no estaba presente cuando apareció la caravana y sus hermanos vendieron a José.


Hay ciertos puntos que requieren comentario. ¿Por qué no estaba presente Rubén? Entre las muchas razones posibles, la más simple es que cuando se avistó la caravana de mercaderes, Rubén, el más consciente de los hermanos (lo que concuerda con su carácter) fue a montar guardia junto a las ovejas: nunca se podía confiar que los extraños que pasaban no se llevarían algunos animales selectos. Rubén seguramente tuvo que esperar hasta que hubieran pasado. Cuando pudo regresar, ya José había sido vendido y había desaparecido; posteriormente mandaron la túnica manchada de sangre a Jacob.


¿Quién vendió a José a Egipto? En Egipto los madianitas (en realidad medanitas) lo vendieron a Potifar (Gn. 37.36), quien se lo compró a los ismaelitas (Gn. 39.1). La caravana era ismaelita, denominación que incluía tanto madianitas como medanitas, ya que los términos se superponen. Este intercambio de términos puede verse más claramente en Jue. 8.24, donde se nos dice explícitamente que los madianitas derrotados por Gedeón "traían zarcillos de oro, porque eran ismaelitas". La forma ortográfica medanitas en el hebreo de Gn. 37.36 puede indicar la superposición de un tercer término; Gn. 25.2 (= 1 Cr. 1.32), donde tanto Medán como Madián son hijos de Abraham y Cetura. El uso de términos múltiples en un relato no es indicativo de documentos diversos, sino del típico uso estilístico del Cercano Oriente. Para el uso similar de tres términos en el espacio de unas pocas líneas, compárese la estela egipcia de Sebekkhu (ca. 1850 a.C.), que se refiere al enemigo general de la campaña palestina de su faraón como Mntym-Stt, ‘beduino asiático’; como Rntw st, ‘sirios viles’; y como ‘asiáticos’. No podemos pensar que se trata de diversos documentos en el caso de esta pequeña estela de piedra, ejecutada como unidad por orden de un solo hombre; podríamos multiplicar estos ejemplos.


¿Quién vendió a José a la caravana? "Sacaron" (Gn. 37.28) a primera vista resulta ambiguo, y podría referirse tanto a los hermanos como a los madianitas. En Gn. 45.4–5 José claramente acusa a sus hermanos, en privado, de haberlo vendido como esclavo (forma simple del verbo), lo que podría significar que el "ellos" de Gn. 37.28 se refiere a sus hermanos y no a los madianitas. Esto concuerda con la sintaxis hebrea y las literaturas paralelas. En un texto egipcio se dice que, cuando el rey Tutmosis II "voló al cielo", murió, su hijo Tutmosis III ascendió al trono y "su hermana" Hatsepsut gobernó la tierra. Este último "su" se refiere, no a Tutmosis III, sino a Tutmosis II. Nótese que "madianitas" en Gn. 37.28 no tiene artículo en el original, lo que podría significar ya sea "madianitas" (indefinido) o "(algunos) madianitas", parte del grupo principal, ya que no hay artículo indefinido en hebreo Finalmente, tenemos Gn. 40.14–15, donde José le dice al copero que había sido "hurtado de la tierra de los hebreos". ¿Por qué no admitió abiertamente que había sido vendido como esclavo? La razón es evidentemente clara. José plantea desesperadamente aquí su inocencia, y busca persuadir al copero a fin de que lo saque de la prisión; seguramente la revelación del humillante hecho de que había sido vendido como esclavo por sus propios hermanos de sangre habría arruinado su petición. Con sus hermanos, en privado (Gn. 45), José podía hablar con franqueza; pero el copero podía pensar que tenían buenas razones para librarse de él, y la petición de José habría caído en oídos sordos. Por lo tanto, José dice vagamente que había sido "hurtado", lo que era cierto en lo tanto se refiere a que sus hermanos no tenían derecho a venderlo por dinero. No se trata de armonización, sino de sentido común y psicología práctica. La verdad es que Gn. 37; 39–40; 45 explican claramente la situación cuando ponemos lo que dicen en su propio marco exegético, teniendo en cuenta la sintaxis hebrea, y la de otros idiomas del Cercano Oriente, como también lo que motiva las acciones de los individuos.


e. José en Egipto José no es más que uno de los muchos jóvenes semitas que se convirtieron en sirvientes de familias egipcia entre 1900 y 1600 a.C. El papiro Brooklyn 35.1446, que es parte del registro de una prisión, contiene en el reverso una lista de 79 sirvientes pertenecientes a familias egipcias del 1740 a.C. apróximadamente, de los cuales por lo menos 45 no eran e pp. sino "asiáticos", semitas como José. Muchos de ellos tienen buenos nombres semíticos noroccidentales, lingüísticamente relacionados con los de Jacob, Isacar, Aser, Job (Ayyabum) y Manahem. Algunos eran "domésticos igual que José en Gn. 39.2 ("en la casa").


Hay amplias indicaciones de cierto número de asiáticos en Egipto en este período, algunos de los cuales alcanzaron altas posiciones de confianza bajo sus amos, en forma semejante a José, que llegó a ser mayordomo de Potifar (título egipcio común). El título de Potifar ‘capitán de la guardia’, guardaespaldas de faraón, traduciría el egipcio ‘introductor de criados’. Sin embargo han propuesto plausiblemente la interpretación de este título como "mayordomo" ("copero"). Tanto Potifar como el "copero" y el "panadero" de Gn. 40 que generalmente se traduce "funcionario", pero en semítico a menudo significa "eunuco". Sin embargo, los eunucos no son prominentes en Egipto, y en tiempos primitivos generalmente significaba "cortesano" y "dignatario" tanto como "eunuco" (aunque este se convirtió posteriormente en el significado principal).


El incidente de la codiciosa mujer de Potifar, que cambió la fortuna de José al afirmar lo opuesto de la verdad, a menudo se compara con un incidente muy similar en una Historia de dos hermanos egipcia. No obstante, no hay otro punto de contacto entre estas dos narraciones: la de José es pura biografía, mientras que Dos hermanos es pura fantasía. Documentos egipcios más prosaicos revelan que la esposa de Potifar no fue la única en cometer ese pecado.


Las prisiones egipcios cumplían tres fines: servían como lugares de encierro, como las prisiones de nuestros días; servían como reservas para la provisión de brazos para trabajos forzados gratuitos para el estado; y servían como cárceles de encausados que esperaban ser juzgados (José). A veces se llevaban a cabo los juicios en las prisiones, cuya administración estaba altamente organizada, como nos muestra claramente el papiro Brooklyn; el prontuario de cada prisionero se archivaba bajo siete encabezamientos diferentes, desde su arresto inicial hasta la terminación de la sentencia. "Jefe de la cárcel" (Gn. 39.21–23, etc.) probablemente representa el título egipcio que tiene el mismo significado.


En cuanto al término "copero" de Gn. 40, que algunas versiones traducen como "mayordomo", el hebreo es el equivalente exacto del egipcio, porteriormente ‘copero’ (Gn. 40.11, 13). Los panaderos también eran ampliamente conocidos en Egipto, pero aparentemente a los panaderos principales no se los llamaba explícitamente por ese nombre. Quizás el título egipcio ‘escriba de la mesa real’, sea el equivalente más exacto. Para las cestas de pan que se llevaban sobre la cabeza. Los sueños (Gn. 37; 40–41) se consideraban importantes también en el oriente no bíblico. Los "magos de Egipto" voz egipcia) eran figuras conocidas, y se usaban manuales especiales para la interpretación de los sueños.


José tuvo que ser afeitado correctamente y vestido con ropajes finos para aparecer ante la corte (Gn. 41.14). Su enfoque práctico frente a la amenaza del hambre impresionó al faraón, quien lo invistió como alto funcionario en la forma tradicional egipcia, dándole un anillo de sello, ropas de lino finísimo, y un collar de oro. No hay acuerdo sobre el rango exacto de José; lo más probable es que en realidad haya sido visir, o sea la segunda autoridad después del faraón; pero algunos entienden que era ministro de agricultura, directamente responsable ante el rey en persona. La mención de carros (Gn. 41.43) y caballos (Gn. 47.17) corresponde al período de los hicsos y las décadas inmediatamente anteriores, pero no a épocas más tempranas. Cerca del uadi Halfa se han excavado restos de caballos del período inmediatamente anterior a los hicsos.


Egipto era afamada por su gran riqueza agrícola; el recuento de cereales. Pero Egipto también sufría frecuentes períodos de hambre; un texto biográfico muy citado dice así: "Cuando hubo hambre por muchos años, di granos a mi ciudad en cada período de hambre". Los egipcios se negaban a comer con los hebreos (Gn. 43.32) por temor a transgredir diversos tabúes rituales relacionados con los alimentos. Es posible que Gn. 44.5 sobre la adivinación deba traducirse "¿No es esta [la copa de plata] en la que bebe mi señor, y con respecto a la cual seguramente adivinará?" (Gn. 44.15).


Cuando faraón invitó a la familia de José a establecerse en Egipto (Gn. 45.17–21; 46.5), envió carros y les dijo que dejaran todo porque tendrían suficiente en Egipto. Si juzgamos por las escenas egipcias de 200 años después, es probable que esos carros fueran grandes carruajes de dos ruedas tirados por bueyes. También a Sinué, fugitivo egipcio en Siria ca. 1900 a.C., el faraón que lo instó a volver a Egipto le dijo que dejara todo lo que tenía. Otras costumbres sirven para explicar una alusión en Gn. 46.34b; de esta manera la familia de José pudo establecerse en un lugar aislado y seguro en Gosén. La política económica de José en Egipto (según Gn. 47.16–19) no hizo sino lograr en los hechos lo que siempre fue en teoría: la tierra se convirtió en propiedad del faraón, y sus habitantes, en arrendatarios. Los sacerdotes estaban eximidos no de los impuestos sino solamente del tributo de la quinta parte que estableció José, y las propiedades de los templos se administraban en forma separada (Gn. 47.22, 26). Gn. 47.21 simplemente indica que en todo Egipto José trasladó a la gente de cada distrito a las ciudades más cercanas que tenían graneros, para poder alimentarlas mejor; la poco favorable enmienda ("a todo el pueblo lo hizo siervo [esclavo]") es innecesaria. Gn. 48–49 simplemente refleja los usos puramente asiáticos dentro de la familia patriarcal; las bendiciones orales como las de Jacob tenían fuerza de ley en el Asia occidental en la primera mitad del 2º milenio a.C.


f. Muerte de José Tanto José como su padre fueron embalsamados al modo egipcio (Gn. 50.2–3, 26), y José fue "colocado en un ataúd en Egipto". Los ataúdes en esta época eran antropoides, confeccionados en madera, con una reproducción facial convencional en la cabecera. La duración del período de embalsamamiento variaba; 40 días es una posibilidad entre muchas. En cambio era característico el duelo de 70 días. José murió a los 110 años, lo que también resulta significativo, ya que era la longitud de vida ideal para los egipcios, y significaba que había recibido la bendicion divina.


III. Los descendientes de José


Las tribus de Efraín y Manasés, que descendían de los dos hijos de José, se llamaban a veces "(la tribu de) José", o casa de José; "hijos de José" es común (Nm.; Jos.). De este modo Jacob bendice a José como progenitor de las dos futuras tribus (Gn. 49.22–26; Gn. 48), y Moisés también bendice a "José", con lo que quiere significar Efraín y Manasés (Dt. 33.13, 16). Nm. 13.11; Dt. 27.12; Jue. 1.22–23, 35; Sal. 80.1 (poético); y Ez. 47.13.



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