Josué


1. Josué ben Nun, nieto de Elisama, jefe de Efraín (1 Cr. 7.27; Nm. 1.10); su familia lo llamó hoÆsûea<, "sálvación", Nm. 13.8; Dt. 32.44, hebreo; este nombre aparece frecuentemente en la tribu de Efraín (1 Cr. 27.20; 2 R. 17.1; Os. 1.1). Moisés añadió el nombre divino, y lo llamó yƒhoÆsûua<, normalmente traducido en castellano "Josué". El griego Ieµsous refleja la contracción arameo yesûu> (Neh. 3.19).

Josué era joven todavía en la época del éxodo (Ex. 33.11). Moisés lo eligió como su ayudante personal, y le dio el mando de un destacamento de las tribus aun no organizadas para rechazar a los amalecitas incursionadores (Ex. 17). Como representante efraimita en el reconocimiento iniciado en Cades (Nm. 13–14), apoyó la recomendación de Caleb de que debía invadirse la tierra. Caleb, la figura principal y de mayor edad, se menciona sólo a veces en relación con esto; pero es poco probable que hubiera una versión del episodio que excluyera a Josué, o que algún historiador posterior haya negado, o no haya estado al tanto, de que también él se libró de la maldición que pesaba sobre el pueblo incrédulo.


Mientras Moisés estaba solo con Dios en el monte Sinaí, Josué hacía guardia; en la tienda del tabernáculo también aprendió a servir al Señor; y en los años siguientes, algo de la paciencia y a mansedumbre de Moisés inevitablemente se añadieron a su valor (Ex. 24.13; 32.17; 33.11; Nm. 11.28). En las llanuras al lado del Jordán fue consagrado como sucesor de Moisés en la jerarquía militar, a la par de Eleazar, el sacerdote (Nm. 27.18ss; 34.17; Dt. 3 y 31, donde naturalmente se hace resaltar la posición de Josué). En aquella época tenía probablemente alrededor de 70 años; Caleb era extraordinariamente vigoroso a los 85, cuando empezó a ocupar los montes de Judea (Jos. 15.13–15).


Josué ocupó y consolidó la región de Gilgal, llevó a cabo con éxito campañas contra la confederación cananea, y dirigió otras operaciones mientras lo requirieron los esfuerzos unidos de Israel. La colonización de la tierra dependía de la iniciativa de cada tribu; Josué trató de estimularla por medio de una ocupación formal de Silo, donde se estableció el santuario nacional. Había llegado el momento de dejar el mando para dar el ejemplo retirándose a su tierra en Timnat-sera, en el mte. Efraín. Quizás fue en esta época que llamó a Israel al pacto nacional en Siquem (Jos. 24). Es posible que el capítulo 23, su despedida, se refiera a la misma ocasión; pero el contenido es diferente, y parecería referirse a un período posterior. Josué murió a los 110 años, y fue sepultado cerca de su casa en Timnat-sera.


2. Josué ben Josadac fue el sumo sacerdote de la restauración en 537 a.C., bajo cuyos oficios se reconstruyó el altar y se dedicó el templo. Hubo oposición al progreso de esas obras, sin embargo, hasta que en el 520 a.C. fue ayudado por las profecías de Hageo y Zacarías, que incluían un notable esquema de justificación por la gracia de Dios (Zac. 3). Proféticamente se lo denominó "Renuevo" (s\emah\, Zac. 6.12).


3. Josué de Bet-semes, propietario de los campos en los que se colocó el arca cuando los filisteos la devolvieron a Israel (1 S. 6.14).



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