Tu, mi Dios, eres nuestro anhelo. "Dios, Dios mio eres tù; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y àrida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, asi como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida" (Salmos) Tiene que llegar el momento a nuestras vidas donde nada tenga importancia, delante de nuestro profundo anhelo de estar cerca del Señor, de conocerle y estar a Sus pies. Tiene que llegar el momento donde no condicionemos nuestra intimidad a la concesión de nuestras peticiones. Nos dé o no nos dé, que El sea nuestro anhelo. Que en este año decidas amar a Dios, de tal manera, que sus dádivas sean lo accesorio en tu vida. Que el estar cerca de El se convierta en tu respirar.
