Persona refractaria de desmesurada ambición que se negaba a reconocer al anciano Juan, lo atacaba públicamente, prohibía la recepción de sus adherentes, y, ya sea mediante excomunión formal o violencia física, excluía a quienes los recibían.
Aunque la intervención personal del anciano sería finalmente decisiva, el efecto de sus cartas podía ser anulado por la influencia directa de Diótrefes (3 Jn. 9–10). No resulta claro si esto era en virtud de alguna función regular (por ejemplo como obispo monárquico primitivo) o por el predominio de su personalidad entre sus iguales.