1. Hijo de Caín (Gn. 4.17) cuyo nombre recibió una ciudad.
2. Hijo de Jared y padre de Matusalén (Gn. 5.18, 21). Enoc fue un hombre de notable santidad que disfrutó de íntima comunión con Dios (Gn. 5.22, 24: por la expresión "caminó … con Dios", Gn. 6.9; Mi. 6.8; Mal. 2.6). Como Elías (2 R. 2.11), fue recibido en la presencia de Dios sin que viera la muerte (Gn. 5.24).
Es probable que el lenguaje de Sal. 49.15; 73.24 refleje la historia de Enoc. En ese caso el ejemplo de la asunción de Enoc tuvo que ver con el origen de la esperanza judaica relacionada con la vida junto a Dios después de la muerte. (En los apócrifos, Sabiduría 4.10–14 también trata a Enoc como ejemplo destacado de la esperanza de la vida eterna que tiene el hombre justo.)
En el NT, He. 11.5s atribuye la asunción de Enoc a su fe; la expresión "haber agradado a Dios" es la traducción en la LXX de "camino … con Dios" (Gn. 5.24). Judas 14s cita una profecía atribuida a Enoc en 1 Enoc 1.9.
En el período intertestamentario Enoc se convirtió en figura popular: véase Ecl. 44.16; 49.14, 16; Jubielos 4.14–26; 10.17; y 1 Enoc. Probablemente la leyenda de Enoc se elaboró en la diáspora babilónica por oposición a los sabios antediluvianos de las leyendas mesopotámicas. Así Enoc se convirtió en el iniciador del arte de escribir y el primer sabio, que recibió revelaciones celestiales de los secretos del universo y las transmitió por escrito a las generaciones posteriores.
En la tradición primitiva ocupa lugar prominente su sabiduría científica, adquirida en viajes a través de los cielos con guías angelicales. Dicha sabiduría incluía información astronómica, cosmográfica, y meteorológica, como también el calendario solar de Qumrán. Era también el profeta de Dios enviado a oponerse a los ángeles caídos. La tradición posterior (siglo II a.C.) recalca su enseñanza ética, y especialmente sus revelaciones apocalípticas del curso de la historia del mundo hasta el último juicio. En las Similitudes (1 Enoc 37–71) se lo identifica con el Hijo del hombre mesiánico (71.14–17), y algunas tradiciones judaicas posteriores lo identificaban con la figura casi divina de Metatrón (Tárgum de Pseudo-Jonatán, Gn. 5.24; 3 Enoc). Escritos apocalípticos cristianos primitivos frecuentemente predicen su regreso a la tierra con Elías antes del fin.
1 Enoc (Enoc etíope) se encuentra entre los libros intertestamentarios más importantes. El texto completo existe únicamente en etíope, pero hay secciones en griego, y se dispone de fragmentos importantes del original arameo entre los materiales de Qumrán. 1 Enoc comprende cinco libros: El Libro de los vigías (1–36), las Similitudes (37–71), el Libro astronómico (72–82), el Libro de los sueños (83–90) y la Epístola de Enoc (91–105). Los manuscritos de Qumrán incluyen fragmentos de todos estos excepto de las Similitudes, y en consecuencia generalmente ya no se fechan antes del siglo I d.C. También de Qumrán proceden fragmentos de un Libro de gigantes, anteriormente prácticamente desconocido, que probablemente constituía el quinto libro del Pentateuco de Enoc, el que posteriormente fue sustituido por las Similitudes.
Los manuscritos de Qumrán contribuyen a aclarar las fechas de estos libros. Las secciones más antiguas son el Libro astronómico y 6–19: estos datan de una fecha no posterior al comienzo del siglo II a.C. y pueden pertenecer al siglo V. El Libro de los vigías (que incluye 6–19) no puede ser posterior a mediados del siglo I y probablemente pertenece a mediados del siglo III a.C. El Libro de los sueños corresponde al 165 ó 164 a.C. La Epístola de Enoc y el Libro de gigantes pueden datar de fines del siglo II a.C.
Otras obras con el nombre de Enoc pertenecen a la era cristiana. Las Similitudes (1 Enoc 37–71) (importante porque quizá ilustra el trasfondo del uso de "Hijo del hombre" en los evangelios) parecería ser una obra judía, aun cuando algunos piensan que puede ser de origen cristiano. 3 Enoc (Enoc hebreo) es una obra judía de fecha incierta. 2 Enoc (Enoc eslavónico) es una obra cristiana tardía que quizá incorpora material judaico.